Ecuador
23 de
Marzo de 2012.- El
presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo que no dará marcha atrás en su
plan para desarrollar la minería a gran escala en el país, en desafío a un
grupo de indígenas que pide evitar la explotación industrial de los
millonarios depósitos.
Miles de indígenas marcharon el jueves por las calles de la capital en
rechazo a la negociación de contratos con grandes firmas mineras, en medio
de la preocupación del mandatario por eventuales enfrentamientos con sus
seguidores, que se manifestaron a su favor en algunas plazas.
La policía confirmó que cuatro uniformados resultaron heridos al final de
la jornada durante esporádicos disturbios por parte de los indígenas, quienes
lanzaron piedras y palos en las inmediaciones de la Asamblea Nacional.
"No hay que ser tontos, no hay que cerrarnos, utilicemos las empresas
que tienen tecnología (...) Bien utilizada la minería nos da los recursos
para poder salvar nuestros afluentes de agua", agregó Correa en
declaraciones en la radio pública.
El mandatario, quien durante el día tuvo varias apariciones públicas,
calificó de "fracaso" la protesta y dijo que tras los incidentes
no dialogará con el movimiento.
La marcha indígena comenzó tras la firma de un contrato con la compañía
china Ecuacorriente para la explotación del proyecto Mirador, el más grande
de cobre del país andino.
El Gobierno negocia además otros contratos para el desarrollo de minas de
oro, cobre y plata con firmas como las canadienses Kinross e Iamgold.
"Son los contratos mejor renegociados de la historia mundial porque le
hemos exprimido a las compañías como no tienen idea", aseguró Correa,
quien lideró las marchas en respaldo a la democracia y la estabilidad de su
Gobierno.
Los indígenas que protestaron en contra de los proyectos salieron hace dos
semanas desde la provincia amazónica de Zamora Chinchipe, que alberga las
más importantes reservas de minerales del país.
Tras caminar unos 400 kilómetros ingresaron de a poco al centro de la
capital mientras otros grupos avanzaron desde el norte del país, hasta
reunirse bajo una pertinaz lluvia en las inmediaciones de la Asamblea
Nacional.
ACUSACIONES MUTUAS
Rituales ancestrales, bailes típicos y el resguardo de soldados indígenas
con sus rostros pintados y sus lanzas marcaron la caminata del otrora
poderoso movimiento, que pide suspender el desarrollo de la minería a gran
escala y preservar las fuentes de agua.
Otros grupos opositores, incluidos ex aliados de Correa, respaldaron a los
indígenas, cuyos líderes negaron que su intención fuera desestabilizar al
Gobierno como ha denunciado insistentemente el mandatario.
"Jamás nosotros podemos estar buscando un golpe de Estado o
desestabilizar al Gobierno", dijo el presidente de la Confederación de
Nacionalidades Indígenas, Humberto Cholango, durante un encuentro con las
autoridades de la Asamblea.
"El señor presidente no es Dios, ni es intocable, el señor presidente
tiene sus errores", aseveró el líder más temprano.
Militares y policías resguardaron desde la madrugada varios sectores de
Quito para evitar enfrentamientos entre los grupos.
Seguidores de Correa, que se concentraron desde diferentes partes del país
en las afueras del Palacio de Gobierno, pedían a gritos su reelección en
los comicios presidenciales de febrero del 2013.
El presidente, un economista formado en Estados Unidos y con altos niveles
de popularidad, aún no ha decidido si participará en las elecciones.
"Los conspiradores, los golpistas han sido nuevamente
derrotados", concluyó un eufórico Correa (Terra).
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