Bolivia
La nación vecina busca alcanzar una capacidad de 15 mil toneladas, solo mil menos que las que produce actualmente en nuestro país.
Según el jefe de implementación de la actual planta piloto Llipi de la estatal boliviana, Marco Antonio Condoretty, cuando el proyecto entre en operaciones será capaz de tener «una capacidad de producción de 15.000 toneladas» a fines de 2020.
No obstante, consciente de las limitaciones de poner en pie una industria propia, YLB firmó acuerdos con «socios estratégicos» que «traigan su tecnología y «garanticen el mercado», como la alemana ACI Systems para producir hidróxido de litio y fabricar materiales catódicos y baterías de ion litio «made in Bolivia» destinadas al mercado europeo.
Asimismo, Condoretty destacó que también tienen nexos con la china Xinjiang Tbea Group-Baocheng, que a diferencia de la alemana explotará los salares de Coipasa, ubicados en Oruro, y el de Pastos Grandes en Potosí, para luego procesar la materia prima en Asia.
El ingeniero químico subrayó además que «por ley, en Bolivia solo YLB puede explotar los recursos evaporíticos», lo cual garantiza que «la ganancia se quede en el país», siguiendo el mismo modelo de explotación de los hidrocarburos, nacionalizados en 2006.
De esa forma, Bolivia se prepara para dar el salto a la producción industrial de este metal clave en la industria electromotriz, ya que es utilizado sobre todo en la fabricación de baterías recargables de ion litio para vehículos eléctricos y dispositivos electrónicos.
Emol