Chile
La Geofísica Avanzada se constituye en una herramienta de alto valor añadido que permite la detección de anomalías geomorfológicas en el subsuelo, la detección de contaminantes como metales pesados, hidrocarburos, lixiviados, entre otros.
miércoles 05 de junio del 2024.- Según la ONU el progreso económico y social del último siglo ha estado ligado a una degradación ambiental que pone en peligro nuestro desarrollo y supervivencia futuros, lo que es refrendado por Circle Economy, al señalar que el reto del siglo XXI debe ser recuperar el equilibrio entre la satisfacción de las necesidades de las personas y la salud del planeta.
Por su parte, Sernageomin nos hace notar que en el sector de la minería -además de las faenas actualmente en operación- hay unas 5.422 faenas mineras abandonadas o inactivas que constituyen un riesgo potencial para la salud de las poblaciones y los ecosistemas.
La infraestructura minera abandonada o cerrada inadecuadamente, así como sus remanentes, constituyen pasivos ambientales generados por la minería del pasado, que incorporan riesgos presentes y futuros, amplificados por el efecto del cambio climático según observa la Cepal.
En este contexto, la Geofísica Avanzada se constituye en una herramienta de alto valor añadido que permite la detección de anomalías geomorfológicas en el subsuelo, la detección de contaminantes como metales pesados, hidrocarburos, lixiviados, etc., y la identificación de infraestructuras, elementos o interferencias subterráneas, facilitando la gestión de riesgos, las gestiones ambientales y de ingeniería, la focalización de disciplinas y especialidades, y la optimización de recursos técnicos y financieros.
“Lo anterior, de manera ágil, confiable y por medio de una metodología no invasiva, ni destructiva, en una fase cero ambiental (a modo de estudios primarios de avanzada), y a lo largo de todo el ciclo de vida de los proyectos de ingeniería o de la operación y cierre de instalaciones”, comenta Sergio Labbé, Gerente de Operación de Negocios de Agua de Veolia Chile.
¿En qué consiste este servicio?
Es un servicio que se orienta a la detección, georreferenciación, posicionamiento volumétrico y mapeo de hallazgos y/o anomalías primarias, combinando tecnologías aéreas, terrestres y acuáticas bajo una metodología orientada a “cero falsos positivos”, lo que se traduce en que todos los hallazgos son corroborados por 2 o más métodos y/o tecnologías.
Las tecnologías que pueden utilizarse para estos efectos son:
– Dron con sensores termográficos, infrarrojos y multiespectrales que permiten una profundidad de prospección de 2 a 3 metros.
– Georradar que permite una profundidad de prospección de 6 a 7 metros con importante resolución.
– Perfilómetro electromagnético con una capacidad de prospección de 20 a 30 metros de profundidad.
– Magnetómetro de fluxgate con una capacidad de prospección de 30 a 40 metros de profundidad.
– Econda Sonar: con capacidad de 80 a 100 metros de profundidad en cuerpos de agua.
¿Qué se detecta?
– Contaminación por Hidrocarburos, Metales Pesados, Químicos, Lixiviados, Pesticidas, etc.
– Anomalías geomorfológicas en el subsuelo
– Anomalías en estructuras o infraestructuras
– Infraestructuras o interferencias existentes en el subsuelo
– Elementos de interés arqueológico.
Beneficios
– Posicionamiento volumétrico y georreferenciación de los hallazgos y anomalías.
– Rapidez y menor costo relativo gracias a su carácter no invasivo, ni destructivo.
– Confiabilidad a partir de la metodología redundante que propone VEOLIA.
– Optimización de recursos técnicos y financieros.
– Alta trazabilidad, evidencias y documentación técnica de respaldo que facilita la gestión de los diseños de ingeniería, la gestión ambiental y la gestión técnico-administrativa
Conoce más en: Veolia Chile Geofísica Avanzada